20 oct 2009

Vos... recreíno

Vos...
que algún sábado de tu vida estuviste hasta las 6 de la mañana sentado en el triangulito de la plaza (o en el circulito, o en algún cuadrado o quién sabe sobre cuántas formas geométricas te has sentado)...
Vos...
que alguna vez entraste a Trans Blue Disco y bailaste sudorosamente hasta que te corrieron de día...
Vos...
que alguna noche orinaste en la Biblioteca que lleva el nombre de quién sabe qué hombre contemporáneo a nuestra generación de tatarabuelos...

Vos...
que alguna vez hiciste picadas en autos, o en motos, o en Peto's, o en el Quincho, o quién sabe dónde pero lo disfrutaste con la pasión de una fiera...
Vos...
que alguna vez te rasgaste las vestiduras en cercanías del Ferrocarril, o te curaste hemorroides en las vías, o hiciste caca cerca de un aljibe desde donde se puede mirar la iglesia y los tórtolos que se esconden...
Vos...
que seguramente te creíste que en el puentecito próximo a la fábrica de yeso espantaban, y aún así amaneciste embriagándote en largas vigilias esperando que resucitara el alma de quién sabe qué conductor de motocicleta ya olvidado...
Vos...
que varias veces hiciste desvelar a Zovh, Hagüita, Dhon Mannuel, The Gitano, Peepíno, y quién sabe a cuántos otros más buscando hacer algo que se te antoje en el momento...
Vos...
que quizás escuchaste al Osito gritar con euforia los goles de River, que viste a la Arminda desfilar por las calles con su ollita en la mano, que le compraste un numerito de rifa a Rosita, que no distinguías a ese cura de negro que manejaba una camioneta negra, que te rompiste los tacos y los pantalones con los arbustos mientras caminabas a Naútico...
Vos...
que seguramente en algún paseo nocturno viste acercarse una mujer de lentes oscuros que casi te tocaba la cara con sus ojos...
Vos...
que todos los años el último día de clases te llenabas de barro contaminado de smog céntrico de pueblo industrial...
Vos...
que antes te peinabas y ahora ya no...
Vos...
que esperabas con ansiedad la fiesta del cabrito, donde lo que menos hacías es comer un cabrito...
Vos...
que escuchaste tan de cerca a los Mattar, que bailaste tantas veces con Los Bonnys, que aplaudiste a tantos pseudofamosos que salían de reality shows, que cantaste con Pimpinela, que revoleaste el poncho con La Sole y Carlita, que te mojaste con Pereyra, que escuchaste a Pereyra, que te entretuviste con Gaitan, que sintonizaste las voces de personalidades serias con apodos de aves...
Vos...
que viajaste cualquier día menos el 25 de agosto, que espectaste desde tu lugar de ocio una innumerable cantidad de procesiones y fiestas patronales, que no te paraste cuando se izaba la bandera, que te pusiste una camisa celeste y la combinaste con un pantalón gris para ir a la celebración de San Blas o de Santo Toribio de Mogrovejo, que te pusiste una camisa blanca y una corbata roja y la defendiste, que te pintaron el guardapolvo, que te vestiste de verde y saliste a la cancha, que gritaste goles con los indios...
Vos...
que aunque te vas lejos siempre querés volver; que aunque decís que no, extrañás un poco; y aunque llegues de visita te sentís como en casa...
Vos...
que tus veranos son infernales y tus inviernos paradisíacos, que escuchás los ruidos de muchos trenes, que encontraste en Unión un gol y una noticia, que esperás a Nancy en febrero y al Niñito Dios en diciembre, que comías fideos con bolognesa en la escuela primaria, que alentabas a tu equipo en cualquier intercolegial de cualquier deporte, que rogabas por la desprivatización del Cristo Redentor para sacarte fotos (o las ganas)...
Vos...
que encontraste ritos umbandas, que le cantaste a tu Madre Provinciana borracho o al Monte Quemado o al San Martín de la plaza, que criticaste por la radio, que tuviste hijos y nietos, que condenaste el aborto y sobre la marcha lo justificaste, que lo viste a Palito arriba de un tren, que conversaste con un pajarito que te contó algo que necesitaba mucha difusión, que te asustaste con proyecciones desde Chamical, que te reíste de los raritos y te invadieron los floggers, que compraste alarmas al pedo, que lloraste las picadas mortales, que te erizaste con el canto del Negro Manga, que visitaste la fábrica de Bananitas Dolca con tus compañeros y te sentías Charly con el insensible corporativo Willy Wonka, que fuiste a comprar y te atendieron con cara de culo, que nunca supiste quién es Felipe Varela, que fuiste sobrino de Soraya y de muchas otras mujeres, que jugaste muchos bingos, que perdiste una rifa con la Municipalidad, que te ensuciaste con los helados Kay y te endeudaste con Mary Kay y con las ollas Essen, que te armaste un grupo de amigos y se hicieron una banda de rock, que dejaste mensajitos con infamia en la web, que adoptaste a Nelly como un personaje autóctono…
Vos…
que siempre vas a estar para disfrutar de un placentero, confiable y seguro Recreo...
Vos...
Para vos es este ensayo...
Para vos que seguramente viviste alguna de esta cantidad infinita de cosas...
Para vos que, si te sentís mínimamente identificado es porque no hay otra posibilidad, ¡¡¡SOS RECREÍNO!!!.

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